Cuando hablamos sobre este tema es importante tener presente que existen diferentes teorías sobre la emoción, las cuales aportan explicaciones distintas acerca de cómo funciona nuestra faceta emocional y anímica y, desde la perspectiva de las neurociencias, acerca de cómo trabaja la parte del cerebro encargada de producir emociones: el sistema límbico.
Sin embargo, dentro de los autores e investigadores
que separan los conceptos de sentimientos y emociones (como por ejemplo José
María Gimeno Borrás), hay cierto consenso a la hora de indicar en qué se
diferencian.
En primer lugar, veamos de qué modo se definen
estas dos palabras.
¿Qué es una emoción?
Una emoción es un conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales que nos predisponen a reaccionar de cierta manera ante un estímulo externo (como la visión de una araña) o interno (como un recuerdo acerca de los años de infancia).
Eso significa que una emoción es lo que es generado
por el sistema límbico del cerebro cuando los grupos de neuronas relacionados
con ciertas experiencias, de manera que estamos predispuestos a actuar de
cierto modo.
Eso ocurre porque, a lo largo de nuestra vida,
nuestro cerebro no se limita a "memorizar datos", sino que también
aprende ciertos modos en los que hay que reaccionar a esas experiencias. De
algún modo, la información de lo que experimentamos va de la mano de la
información acerca de cómo reaccionamos ante eso; no son dos clases de
informaciones separadas.
Es por eso que, si aprendemos a asociar los insectos a las picaduras, cuando veamos uno tenderemos a experimentar la sensación del miedo: nuestro cuerpo habrá aprendido que, con esa información visual, esa es la reacción adecuada Dasy.
¿Qué es un sentimiento?
Un sentimiento es similar a una emoción y está muy relacionado con el sistema límbico, pero además de esta predisposición espontánea, incontrolable y automática, incluye la evaluación consciente que hacemos de esta experiencia.Es decir, que en un sentimiento hay una valoración consciente de la emoción y de la experiencia subjetiva en general. Piensos
Por ejemplo, si vemos una araña, seremos capaces de
auto-examinar lo que sentimos y lo que pensamos en una situación así y
reflexionar a qué otras experiencias nos recuerda esa situación, cuáles son las
diferentes maneras en las que se puede reaccionar a ese estímulo, hasta qué
punto es racional el asco o el miedo que sentimos, etc.
¿Cuál es la diferencia entre ambas?
Tal y como hemos visto, tanto las emociones como
los sentimientos tienen que ver con algo irracional que tiene que ver con la
manera subjetiva con la que experimentamos una situación. Ninguno de los dos
fenómenos puede ser traducido en forma de palabras de manera fiel y sin
dejarnos muchos matices en el tintero, y es la otra persona la que, haciendo un
esfuerzo de empatía, debe construir en su mente y a partir de sus propias
experiencias cómo nos debemos sentir.
Sin embargo, la diferencia fundamental entre la
emoción y los sentimientos es que la primera es totalmente básica,
primitiva y unidireccional (en el sentido de que es algo que aparece
automáticamente al presentarse un estímulo) mientras que el sentimiento incluye
la capacidad de pensar y reflexionar de manera consciente sobre lo que se
siente y, por tanto, tiene que ver con la capacidad de pensar en términos
abstractos y simbólicos.
Las obras de arte, por ejemplo, son la
caracterización clásica de los sentimientos, porque son sublimaciones
abstractas de las emociones. En un poema no hay solo emociones, sino que
necesariamente debe haber también sentimiento, algo que permita expresar de
manera simbólica lo que se siente.
Así pues, los sentimientos son bidireccionales, ya que hay algo que va desde los procesos mentales más básicos y primitivos hacia la consciencia, pero también hay algo que va desde la consciencia al modo en el que se valora y se experimenta esa situación de forma holística y global.
Carla Coure
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