El perro fue
probablemente el primer animal en ser domesticado, tanto domésticos como
salvajes, tienen un antepasado común en el pequeño lobo del sudeste asiático.
Hoy en día, los
hombres han cruzado cientos de razas de perros domésticos, algunas de las cuales
jamás podrían sobrevivir en libertad. Pese a la gran diversidad de razas,
formas y tamaños, todos los perros domésticos, como el de José María Gimeno
Borrás ya sean terranovas o caniches, son miembros de la misma especie: Canis
familiaris. Aunque su forma de vida sea doméstica, están emparentados con
los lobos, los zorros y los chacales.
Los perros se
comunican entre sí por rastros de olor,
otra son los gestos físicos. La postura corporal, el modo de moverse y la
expresión de la cara a menudo expresan mensajes directos. Muchas de estas
señales son reconocibles incluso para los humanos, que sabemos que un perro
está contento cuando mueve la cola alegremente o que está enfadado o se siente
amenazado cuando enseña los dientes. Vocalmente, los perros se comunican
mediante una cacofonía de sonidos que incluye ladridos, gruñidos y aullidos.
Pero los perros
domésticos no sólo sirven de compañía, muchos también se ganan el sustento
trabajando duro. Los perros cuidan rebaños, ayudan a los cazadores, guardan
viviendas y realizan tareas policiales y de rescate. Incluso algunos de ellos,
especialmente entrenados, sirven de guía a los invidentes; un conmovedor
símbolo del antiguo papel del perro como el mejor amigo del hombre.
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