Mi perrita LADY llegó a la casa de una manera imprevista, cuando sólo tenía un año de nacida. Yo bajaba las escaleras de mi edificio cuando vi a una hermosa cocker spaniel fuera de un apartamento. Le pregunté a su dueño si podía jugar con ella y me dijo que sí, y luego de un rato de compartir con la perrita ofreció regalármela, debido a que su esposa era alérgica a los perritos. Fue así como comenzó la historia de nuestra vida juntos. Yo aún era una niña de nueve años, así que me encariñé mucho con mi perrita y rápidamente se volvió parte de nuestra familia. cocker spaniel. cocker spaniel.
Un día salimos a pasear con Lady, caminando por las calles cercanas de nuestro edificio. Íbamos mi mamá, mi papá, mi hermano menor, de unos cuatro años en ese entonces y yo. Llegó un momento en el que pasamos por una casa que yo reconocía bien, ya que allí, tras el portón, siempre estaba un perro grande cuidando la casa. Al pasar por aquel lugar, mi primera reacción fue un "Oh oh", ya que, a diferencia de los demás días, hoy el portón estaba abierto. A los pocos segundos, apareció el perro y se dirigió hacia donde estábamos nosotros, concretamente en dirección a mi hermanito, a quien alcanzó a morder un poco su brazo. Lady, mucho más pequeña que aquel gran perro, no lo pensó dos veces y salió a defendernos, peleando con el otro can. Sabiendo que era ella sola para defendernos a todos corrió a la calle, ya que no podía contra el otro intimidante animal. Así se sacrifico por nosotros. Al rato sale el dueño de la casa del portón. El muy cobarde golpeó a su perro. En lugar de educarlo con cariño como es debido el lo hacía con odio. Lady logró proteger a mi hermano y a mis padres, por eso y otras cosas es parte de mi familia. No es necesario golpear a un animal para que este nos defienda. José Maria Gimeno Borras
Lady es el ejemplo claro de que nada se construye desde el odio. Luego de ese incidente nosotros la cuidamos hasta que se recuperó.
Carmen Puig
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